Telefónica le debe a la Sunat más de 2 mil millones de soles en impuestos. La posición del Estado peruano es justa: paga lo que debes y después renegociamos el contrato de telefonía que existe hasta el 2019.
Aquí de juntan dos factores. El primero, la falta de equidad con los contribuyentes. Mientras que los pequeños están obligados a pagar sus impuestos puntualmente bajo la amenaza del cierre de sus negocios, los grandes, como el caso de Telefónica, no pagan y no reciben ninguna sanción. El segundo, los usuarios están cansados del abuso por el trato y el servicio que brinda la transnacional española.
El primer factor es un tema recurrente en el país, siempre son los menos favorecidos quienes deben enfrentar la pesada carga tributaria. Las empresas grandes tienen una y mil formas de eludir el pago de sus impuestos, haciendo la salvedad que elusión no es lo mismo que evasión.
En el segundo factor, Telefónica, que ahora se llama Movistar, aparte de los temas arriba mencionados, no cumple con temas fundamentales para optimizar su servicio como, por ejemplo, ampliar el ancho de banda para una mejor comunicación celular, especialmente en casos de emergencia.
Recordemos que ya durante el gobierno del presidente Alejandro Toledo, se renegoció el contrato con Telefónica. Inicialmente iba hasta el año 2030, pero se redujo hasta el 2019 tal como se mantiene ahora y se espera renegociar previo pago de la deuda pendiente con la Sunat.
El gobierno parece estar implementando la misma política que Telefónica aplica a sus usuarios: Primero pague y luego reclame. En este caso, no es un reclamo sino más bien un acto de justicia porque no es justo que Telefónica figure en el ranking anual de las empresas con mayores ingresos y simplemente no cumpla con pagar sus impuestos.
Andrés Sancheez Alayo
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