sábado, 24 de septiembre de 2011

Seguridad ciudadana en Lima

¿Quiénes son los implicados en el secuestro de Kyoung Kim Hee? Pues uno de ellos es el chofer, lo que me hace pensar que ya no se puede confiar en nadie. Mientras estaba asimilando esta noticia de pronto algo me dejó más sorprendido aún.

Hoy sábado mientras desayunaba con la familia se acercó mi sobrina de tan solo 6 años para “contarme” (siendo noticia un poco pasada ya que ahora se habla más de quiénes lo secuestraron) que habían liberado a Kyoung Kim Hee, hijo de un empresario coreano del emporio comercial de Gamarra, quien estuvo secuestrado durante 19 días. La quedé mirando entre sorprendido y preocupado pues pensé cómo una niña tan pequeña que debería estar jugando con  muñecas, hablaba con tanta naturalidad  sobre un tema tan delicado y lo tenía presente.

Y es que por más que sus padres cuidan que ella no reciba ese tipo de información no hay como evitar que pueda ver o escuchar un titular en algún medio de comunicación que de cuenta de un nuevo acto delictivo por parte de estos desadaptados, salvo claro, que viva dentro de una burbuja.

Lima está extremadamente violenta e insegura, y no lo digo yo, lo dicen las cifras. Según el Instituto Nacional de Estadística (INEI), la tasa promedio nacional de homicidios es de 10,9 por 100 mil habitantes, es decir, 10,900 vidas humanas perdidas violentamente, datos realmente espeluznantes.

Como una primera medida de urgencia adoptada por el gobierno, se ha creado el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Política en Lucha contra de la Criminalidad, encabezado por el presidente Ollanta Humala. Asimismo, Renzo Reggiardo, presidente de la comisión de Seguridad y Ciudadanía del Congreso, ha pedido que se declare en estado de emergencia las ciudades de Lima, Chiclayo, Trujillo, Piura, Arequipa e Ica, regiones con el más alto índice de criminalidad, así como la intervención de las Fuerzas Armadas, propuesta que ha causado gran polémica entre juristas, autoridades militares y ediles, así como entre sus propios colegas y la población en general.

Lo cierto es que mientras se institucionaliza la seguridad urbana y discutimos a quién le corresponde velar por el bienestar de la ciudad, si a la policía nacional o a las fuerzas armadas, estos desalmados se han adueñado de las calles de las principales ciudades del país y las noticias sobre sus fechorías van en aumento.

Además, de nada servirá una acción represiva eficaz si esta no se acompaña de leyes más severas para derrotar a la delincuencia común, con una legislación que no otorgue tantos beneficios penitenciarios a quienes infrinjan la ley. Es necesaria entonces una acción coordinada que permita frenar el abuso de estas bandas organizadas que no hacen sino mantener en zozobra al país.


Andrés Sanchez Alayo (ASA)