La "gente creativa" del ministro Oscar Valdés

Nuestro ministro del Interior Oscar Valdés y sus comentarios atinados sobre la delincuencia en el Perú.

Hace unos días en un noticiero matutino escuché las declaraciones del ministro del Interior Óscar Valdés y debo confesar quedé desconcertado. Y es que afirmar que los delincuentes son “gente muy creativa” no fue un comentario muy acertado que digamos.

Sobre todo, teniendo en cuenta que la delincuencia sigue haciendo de las suyas creando una atmósfera de inseguridad ciudadana nunca antes vivida, al menos que recuerde. Qué podemos esperar nosotros ciudadanos inermes, si ya en el colmo de la osadía los facinerosos se atreven a robar una camioneta de seguridad de la presidencia del Consejo de Ministros.

Recientemente, se ha creado el Fondo Especial de Seguridad Ciudadana con un primer aporte del tesoro público de 100 millones de nuevos soles, con proyección a alcanzar los 200 millones, sin contar con el aporte del sector privado que hasta el momento no se pronuncia. Dicho fondo tiene por finalidad dotar de tecnología y equipamiento a la Policía Nacional y reforzar la lucha contra la inseguridad ciudadana, una noticia alentadora.

Sin embargo, el presidente Humala quiere saber en qué se empleará el mencionado fondo “porque si no lo van a utilizar hay otras prioridades y lo podemos reorientar y emplear como Gobierno en otras actividades de infraestructura". Se podría repetir la historia de siempre: fondos públicos que no se invierten y que retornan al tesoro público.

Considero que el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana ha sido creado para adoptar medidas de emergencia. No puede asumir posturas demagógicas ni efectistas. Debe  establecer objetivos claros y concretos a corto y mediano plazo para combatir a este gran problema social. Para ello, se necesita del esfuerzo de todos, poderes del Estado, empresarios, medios de comunicación y la ciudadanía en general, de no ser así cualquier esfuerzo que se haga será en vano.

Andrés sanchez Alayo (ASA)

Gracias por llamar, lo atenderemos en breve

¿Alguna vez les ha tocado vivir el vía crucis de solicitar la instalación de una línea telefónica? Pues yo tengo muchos amigos que sí, incluyéndome, aquí la experiencia de uno de ellos. ¿Te suena conocida la historia? Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Mi buena amiga Paola acababa de estrenar departamento propio así que nos juntamos un grupo de amigos para celebrar la ocasión. Paola estaba feliz con su nueva adquisición, fruto de varios años de mucho trabajo y poco sueño, pero que finalmente pudo concretar.

Mientras hacíamos el respectivo tour por el nuevo depa, vi un teléfono fijo y comenté lo rápido que tenía nueva línea. De pronto, la amplia sonrisa que esbozaba Paola se desvaneció por completo, respiró profundamente y acto seguido empezó a narrar su “vía crucis”, previo brindis para pasar el trago amargo.

No voy a mencionar el operador de telefonía por obvias razones, ni tampoco entraré en detalles para no hacer largo el relato, lo cierto es que instalar una línea nueva, que según le dijeron tomaba máximo siete días se demoró veintitrés, lapso en el cual mi amiga conversó con ocho operadoras distintas, cada cuál con una justificación diferente, dos técnicos y hasta un supervisor que le dijo que habían ido hasta en tres ocasiones a instalarle la línea y que nunca la habían encontrado, por supuesto una mentira más grande que el recién remodelado estadio Nacional.

Terminamos haciendo una catarsis acerca de las ingratas experiencias que habíamos tenido todos, léase bien “todos” respecto a tomar un servicio o adquirir un producto y lo desprotegido que nos encontramos los consumidores en todo orden de cosas.

Es cierto que hace poco se instaló el Consejo de Protección al Consumidor, un paso importante para mejorar las relaciones comerciales entre proveedores y usuarios a nivel nacional. Este Consejo se encargará de reforzar el marco jurídico en protección de los consumidores ejecutando políticas de promoción y prevención, pero también hace falta promover una cultura de concientización acerca de nuestros derechos como consumidores, la misma que debería impartirse desde el colegio.

Vamos a paso lento, esperemos que seguro.

Andrés Sanchez Alayo (ASA)