viernes, 30 de marzo de 2012

Prohibido el paso

Uno de los temas de los que más se ha hablado en esta última semana es definitivamente lo que ha ocurrido entre el Perú e Inglaterra. La cancelación, por parte de la cancillería de Perú, de la llegada de una fragata inglesa para hacer unos ejercicios de prueba ha sonado por todos lados.


Los hechos sucedieron de la siguiente manera. Ambas partes, tanto los peruanos como ingleses , habían acordado la llegada de una fragata inglesa a tierras peruanas. La razón era unos ensayos militares, los mismos que fueron aprobados por el presidente. Es más, el canciller peruano y el inglés habían acordado la llegada y solo faltaba la aprobación del Congreso. Y así se dio, en el Congreso se aprobó la llegada de los ingleses y todo estaba listo.

Pero ocurrió lo inexplicable, a horas de la llegada, nuestro cancille, Rafael Roncagiolo, suspendió el ejercicio y no permitió a los ingleses realizar lo ya acordado. El resultado, papelón mundial y el distanciamiento en relaciones con los ingleses.

Las reacciones no se hicieron esperar y la prensa nacional e internacional criticó la actitud del gobierno peruano. Pero, ¿cómo sucede esto si ya días antes se había aprobado la llegada y el ejercicio militar que se iba a realizar?. Al parecer el canciller peruano responde a otro tipo de intereses, que no son necesariamente los peruanos. Pareciera que  busca congraciarse con ciertos gobiernos latinoamericanos (Venezuela, Cuba, Brasil, Argentina)

El argumento de Las Malvinas no termina de ser convincente, porque si así fuera, ¿por qué el canciller y presidente aprobaron la llegada de los ingleses para después, el primero, cancelarla’. La verdad es que las consecuencias de esta torpe actitud nos van a costar caro, ya que es Inglaterra el segundo socio comercial más importante para el Perú, y ahora no sabemos qué ocurrirá. Por lo pronto las relaciones con ellos no son de lo mejor y la prensa internacional se ha burlado de  nuestra actitud para con los ingleses. Sí, “nuestra”, porque lo que haga nuestro presidente o el canciller nos representa.

martes, 27 de marzo de 2012

"Yo no soy Antauro"

No hay duda que el tema de Antauro ha dado y sigue dando mucho que hablar, ni qué decir ahora vemos un video en el que se le ve claramente fumando marihuana en su misma celada. En redes sociales vemos hasta el hartazgo este video, editado en algunas ocasiones con un reggae de fondo.
Pero lo que más ha llamado la atención este fin de semana y resulta interesante, hasta por momentos graciosos, es la demarcación de Ollanta respecto su hermano y padre. Ver cómo nuestro presidente busca zafarse de sus opiniones. Si bien hace algún tiempo sentíamos que los tres tenían el mismo discurso, poco a poco vemos como Ollanta tiene que alejarse de esta posición tan radical.

Y es que una vez asumido el mando parece haber entiendo que las cosas no eran tan fáciles como parecían antes. No puede ser tan radical como el quería serlo o como quisiera su hermano que fuera, ni qué decir de la posición de Don Isaac. Y es así, poco a poco, Ollanta se ha ido moderando, al punto de que hoy día goza de aprobación de los que votaron por él y de los que no.

Pero a nuestro presidente le cuesta hablar, este fin de semana ha concedido una entrevista, pero después de mucho tiempo. Imagino que debe de estar harto de las metidas de pata de los parientes, pero las pocas veces que declara no lo ayudan mucho. Es lo contrario a su antecesor, AGP, que como recordamos el  día a día con sus declaraciones era lo que más le gustaba y lo que mejor sabía hacer.
Pero, como tenía que manifestarse respecto a este problema con su hermano, Ollanta, en una entrevista este  fin de semana, dijo: “yo no pienso como mi padre, yo no pienso como Antauro, en conclusión yo no soy Antauro, yo no soy mi padre”. Creo que con esto deja en claro todo, y creo también que debemos de creerle. Está claro que no quiere seguir lo que ellos hacen y trata de diferenciarse de lo que ellos dicen.
Entendemos que Ollanta en realidad no quiere seguir estas posiciones tan radicales, pero cuando eres presidente de un país, no alcanza con serlo, sino hay que parecerlo también, esta es una ardua tarea que le espera al presidente, si es que quiere mantener la aprobación de la mayoría de peruanos.