He leído con atención todo el debate originado a partir del post de Iván Thays sobre la comida peruana y me he quedado un poco sorprendido por las diversas opiniones vertidas. El problema empieza con las calificaciones de Thays sobre nuestra comida: indigesta o "petardo de carbohidratos", lo cual hizo enardecer a las masas que hasta lo tildaron de "traidor a la patria".
Particularmente me encanta la comida peruana y la disfruto casi todos los días, lo vengo haciendo desde que tengo uso de razón y sí creo que es un motivo para sentirnos orgullosos y mostrarnos al mundo como nación. Claro que para que podamos demostrar esa imagen de país unido, el boom de la gastronomía debería ser trampolín para todos por igual: desde el productor minorista hasta el reconocido cheff de las grandes cadenas de restaurantes 5 tenedores. Sólo cuando ambos tengan las mismas posibilidades de superación se podrá hablar de una gastronomía que une a un país.
Ahora bien, creo que el 95% de los peruanos no compartimos las palabras de Thays pero creo que es un exceso insultarlo o desearle mal, seamos prudentes con los comentarios diferentes a los nuestros, sobre todo cuando se refieren a valores que agrupan a mucha gente.
Sin embargo, creo que Thays también cometió algún exceso en alguna de sus líneas por lo que, al igual que Beto Ortiz, le diría: "Cómete bien rico tu apanado"
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